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Heroicos soldados y oficiales del Ejército Popular de Corea y del Ejército de Seguridad Interior
del Pueblo de Corea,
Oficiales y otros combatientes participantes en la parada militar en conmemoración del
aniversario 70 del glorioso Partido del Trabajo de Corea,
Miembros de la Guardia Roja Obrera-Campesina y de la Guardia Roja Juvenil,
Estimados ciudadanos de Pyongyang,
Todos los miembros del Partido y demás trabajadores del país,
Compatriotas en ultramar y amigos extranjeros,
Compañeros:
Pletóricos del gran orgullo y júbilo de los vencedores, hoy acogemos la fiesta de octubre en la
que flamea en lo alto la bandera del Partido del Trabajo de Corea.
El 10 de octubre es para nuestra patria y pueblo una significativa festividad revolucionaria que
celebra el nacimiento de la genuina vanguardia y estado mayor combativo de la revolución, responsable de su
destino y su guía.
La parada militar y el desfile de masas de hoy demostrarán plenamente el inagotable poderío
firmemente consolidado por nuestro Partido a lo largo de siete décadas de su dirección sobre el Ejército y pueblo,
así como exhibirán ante el mundo el temple revolucionario de todos los militares y civiles que, compactamente
unidos en torno al PTC, avanzan con el valor redoblado e inconmovible convicción hacia un futuro luminoso.
En este momento en que rememoramos con gran orgullo la sagrada historia del PTC adornada con
victorias y gloria, rindo el más sublime tributo y eterna gloria al gran Líder
Asimismo, rindo el profundo honor a los precursores de la revolución antijaponesa, los
combatientes caídos del Ejército Popular y los mártires patrióticos quienes en fiel acato a la dirección de los
grandes líderes dieron todo lo suyo en aras del fortalecimiento del Partido y la prosperidad de la patria.
Infinitamente leal al Partido, nuestro pueblo ha superado todos los retos y pruebas con el
espíritu revolucionario del Paektu para celebrar el septuagésimo aniversario de su fundación como un gran
acontecimiento revolucionario, preparando con su trabajo regalos sin precedentes para el Partido madre.
En esta plaza de la victoria y de la conmemoración donde reina la ardorosa lealtad del pueblo,
siento profunda gratitud a éste, sin el cual sería inconcebible la cita de hoy. Y en este preciso momento percibo
con sentido respeto la afectuosa mirada de mi amado pueblo.
Si a lo largo de siete decenios nuestro Partido ha llevado adelante la revolución cosechando
solamente triunfos y gloria, inmutable ante todas las tempestades, ha sido gracias a su gran pueblo que le ha
confiado todo su destino y ha proseguido su causa con lealtad.
La historia de nuestro Partido es precisamente el trayecto recorrido por el pueblo, la fuerza
del Partido es la del pueblo, la grandeza del Partido es la del pueblo, y las victorias obtenidas por el Partido
son las de nuestro gran pueblo.
Con motivo del aniversario 70 del PTC, representando a éste hago profunda reverencia y extiendo
mi más sincero agradecimiento a todo mi querido pueblo que en las etapas más severas de la revolución le ha dado
al Partido inagotable fuerza y coraje, ha compartido con él las penas y las alegrías superando con la férrea
voluntad las duras pruebas de la historia y corriendo siempre con él la misma suerte.
Efusivas congratulaciones y sincero agradecimiento a nuestros fidedignos miembros del Partido,
heroicos soldados y oficiales del Ejército Popular y adorables jóvenes vanguardias quienes toman parte en este
festival de la victoria con la frente bien alta, al protagonizar uno tras otro admirables y heroicos hechos que
acortan el tiempo, derramando el sudor y haciendo gala del patriotismo en todos los dominios de la construcción de
un Estado socialista poderoso y próspero en respuesta al llamamiento del Partido.
Igualmente les doy calurosa bienvenida a todos los compatriotas radicados fuera del país y
amigos extranjeros, presentes aquí en homenaje a la fiesta de la nación.
Compañeros:
El PTC ha recorrido una trayectoria orgullosa en la que bajo la dirección de los grandes líderes
ha asumido la responsabilidad del destino del pueblo y ha conducido al triunfo la revolución coreana.
Fueron
Desde que inscribiera en su bandera roja el martillo, la hoz y la pluma, nuestro Partido no se
ha alejado nunca del pueblo y ha llevado adelante la revolución considerándolo siempre como el cielo.
La historia no registra a ninguna otra revolución que en circunstancias tan arduas y complejas
como las que ha enfrentado nuestra revolución haya superado paso a paso severas pruebas y contratiempos que
deciden su avance o retroceso.
El imperialismo estadounidense, movido por su fanática ambición de la hegemonía sobre el mundo,
le impuso una encarnizada guerra a la incipiente Corea. Si con gran dificultad restaurábamos apretándonos el
cinturón lo que se había reducido a cenizas, nos amenazaba con otra agresión. Y si nos proponíamos desarrollar la
economía nacional nos lo impedía con sanciones y bloqueo sin parangón.
Sin embargo, nuestro Partido ha desafiado siempre toda adversidad con el ánimo redoblado, ha
abierto en este territorio una nueva historia de grandes transformaciones y ha cosechado victorias contundentes.
En cada momento difícil de la historia nuestro Partido ha confiado solamente en su gran pueblo y éste ha sido su
único simpatizante, consejero y ayudante.
La historia de nuestro movimiento revolucionario nos enseña que la posición gobernante o la larga historia de un
partido no son factores decisivos para que éste disfrute de alto prestigio y gran combatividad e impulse el
desarrollo de la revolución.
El elevado prestigio de nuestro Partido y sus titánicas obras se deben a las excepcionales ideas
revolucionarias y arte de dirección del gran Líder y el gran General que presentaron la fórmula de hacer la
revolución con el amor y confianza en el pueblo y la mantuvieron firmemente en la construcción y las actividades
del Partido.
Nuestro Partido está profundamente arraigado en el pueblo y le sirve exclusivamente a él con
total entrega, esta es la clave más importante que le ha permitido impulsar de continuo la causa por la
independencia, el Songun y el socialismo, tomando firmemente el timón de la revolución sin alterarse ante ninguna
tempestad de la historia.
El PTC es invencible por su unidad monolítica con el pueblo.
Cada vez que trazaba el camino a seguir o encaraba grandes pruebas mientras dirigía el proceso
revolucionario, acudió primero al pueblo, aguzó los oídos a sus opiniones escuetas y en su sinceridad encontraba
una fuerza inagotable.
La creatividad de las omnipotentes masas populares fue la fuente de hechos admirables que le
permitió a nuestro Partido construir un inexpugnable baluarte del socialismo política, económica y militarmente
independiente en este país donde predominaban el atraso y la pobreza seculares y abrir una nueva etapa de la
construcción de una potencia pese al persistente bloqueo impuesto por el imperialismo.
Atender con total responsabilidad la vida política, material y cultural del pueblo ha sido para
nuestro Partido la más importante e insoslayable misión y deber moral.
Aun en las duras pruebas en que se decidía el destino del país hizo ingentes esfuerzos para
sembrar valiosas semillas en aras de la felicidad del pueblo e incrementar las riquezas del socialismo y no dejó
de practicar medidas que benefician al pueblo. Esta política de amor al pueblo la puede aplicar únicamente nuestro
Partido que ha asumido la responsabilidad de su destino.
Nuestro Partido siempre considera a las masas populares como raíces de su existencia e
inagotable fuente de la fuerza y concede prioridad absoluta a sus intereses, por lo cual el pueblo confía en él y
lo sigue como verdadero faro de su destino y como su madre y para nuestro orgullo el país se ha convertido en un
jardín donde florece la unidad monolítica.
Compañeros:
Las invencibles fuerzas armadas revolucionarias representan las potencialidades del PTC que
lucha por el bien del pueblo.
Nuestro pueblo ha experimentado en carne propia que si no posee el ejército está condenado a vivir como apátrida y
que las armas de la revolución le garantizan la dignidad y la felicidad.
Nuestro Partido siempre ha prestado primordial atención a preparar un indestructible poderío
militar capaz de defender fidedignamente el bienestar, la vida y los bienes del pueblo.
Gracias a la original línea de autodefensa y la política del Songun presentadas por el Partido,
el Ejército Popular ha crecido como poderosas tropas élite capaces de aniquilar de un golpe a cualquier agresor.
Asimismo se ha perfeccionado constantemente el sistema defensivo de todo el pueblo y Estado, lo cual ha convertido
al país en un baluarte inexpugnable y en una de las mayores potencias militares del mundo.
Nuestras fuerzas armadas revolucionarias han sido siempre medios todopoderosos de la defensa de
la patria, la revolución y el pueblo, así como poderosa vanguardia y brigada de choque que conducen a la patria al
florecimiento y al pueblo a la felicidad.
Al presentar la línea del desarrollo paralelo de la economía y la industria de la defensa
nacional y combinar de manera orgánica esta última con la construcción socialista, nuestro Partido ha adquirido la
valiosa experiencia de elevar a un ritmo acelerado el potencial del Estado en su conjunto, y al mismo tiempo,
mejorar la vida de la población, valiéndose de sus propios recursos en medio de la gran escasez.
El espíritu indoblegable y la fuerza unida de nuestro ejército y pueblo que, cara a cara con el
cruel imperio estadounidense engordado con agresiones y guerras, le ha propinado vergonzosas derrotas y desafía
resueltamente las brutales sanciones y bloqueo de los imperialistas, le provocan al enemigo una indescriptible
inquietud y pánico.
Nuestro Partido puede afirmar, sin temor a equivocarse, que nuestras fuerzas armadas
revolucionarias están totalmente preparadas para responder a cualquier tipo de guerra que desea el imperio
estadounidense y defender firmemente el cielo azul de la patria y el bienestar del pueblo.
Compañeros:
El PTC se siente particularmente orgulloso de contar con un nutrido ejército de jóvenes que se
harán cargo del futuro de la revolución y del porvenir de la nación.
Ya en los primeros días que le siguieron a su fundación, presentó el aprecio de los jóvenes como
su lineamiento estratégico, teniendo en cuenta el carácter duradero de la revolución, y ha venido formándolos como
valientes combatientes de la causa revolucionaria del Juche.
Al empeñarse de ordinario en la educación de los jóvenes y asignarles audazmente grandes tareas,
el Partido ha logrado situarlos como vanguardia. En virtud de esta muestra de confianza y amor, en cada fase de la
revolución nuestros jóvenes se han ofrecido para la defensa nacional y los trabajos difíciles y engorrosos,
demostrando plenamente su inteligencia y valor.
Hasta hoy nuestra revolución ha podido avanzar ininterrumpidamente, sin estancarse ni detener el
progreso, con evidente pujanza y vigor, lo cual se debe a un nutrido ejército juvenil de acero que avanza recto en
pos del Partido.
La Central Hidroeléctrica Jóvenes Héroes Paektusan y otros enorgullecedores monumentos de la
juventud que ésta ha levantado en distintas partes del país como regalos al aniversario del Partido, haciendo gala
del patriotismo, demuestran patentemente cómo se prepara la reserva del PTC y cómo continúa la revolución
generación tras generación.
Nuestro Partido no ha escatimado esfuerzos en aras de la juventud y gracias a ello hoy el país
acoge el mayor esplendor del movimiento juvenil y hace gala de su condición de potencia de la juventud, única de
su tipo en el mundo, que ha resuelto satisfactoriamente el problema de la juventud.
El trayecto de nuestro Partido, que con miles vicisitudes ha conducido al triunfo la revolución
coreana, testimonia que no hay nada que temer ni nada irrealizable si contamos con un pueblo fiel al Partido, un
poderoso ejército revolucionario y unas nutridas tropas juveniles.
El aprecio del pueblo, ejército y juventud le da vida y fuerza al partido revolucionario y le
asegura un futuro resplandeciente. Tal es la valiosa conclusión a la que ha llegado nuestro Partido al cabo de una
historia de setenta años.
En adelante nuestro Partido seguirá avanzando enérgicamente hacia el triunfo definitivo,
asumiendo como poderosísimas armas las tres estrategias de aprecio del pueblo, ejército y juventud, y culminará
infaliblemente la revolución coreana.
Compañeros:
El PTC es organizador de nuestro pueblo y su orientador a victorias consecutivas.
Su mayor gloria e invencibilidad radican en enaltecer a
Para conducir a Corea y depararle un luminoso porvenir, el Partido debe mantener al pie de la
letra e invariablemente el carácter revolucionario del gran partido
El gran
Nuestro Partido, en acato a la noble idea de los grandes líderes que por primera vez en la
historia practicaron la política de aprecio, respeto y amor al pueblo y a lo largo de su vida consagraron todo lo
suyo para él, escribe y seguirá escribiendo para siempre la sagrada historia de la prioridad de las masas
populares.
Desarrollará su construcción y sus actividades según las indicaciones de los grandes líderes,
plasmará cabalmente en todas sus labores la prioridad de las masas populares, orientando a toda su militancia a
que le sirva al pueblo con entera disposición, y así multiplicará su combatividad.
El verdadero aspecto del PTC se refleja en la imagen del país acicalada por él y en el rostro
del pueblo en el que se dibuja siempre la felicidad.
No hay ser más precioso que el pueblo, la quintaesencia del país, ni nada más sagrado que sus
intereses.
Nuestro Partido atesorará como mayor bien de la revolución la sinceridad con que lo apoya el
pueblo. Para nuestro pueblo valiente, inteligente y bello, sobrellevará todo el peso, transitará caminos tortuosos
y pondrá a su alcance todas las maravillas del mundo.
Como personificación de la abnegación y madre invariable que le sirve lealmente al pueblo con
ilimitada vitalidad y gran entusiasmo, cumplirá su importante y sagrada misión y será fiel a su tarea como
responsable del destino del pueblo, por mucho que cambie el mundo.
La revolución coreana avanza no por alguna misteriosa fuerza divina sino por la gran fuerza de
nuestro pueblo, incluida la heroica clase obrera de
Nuestra unidad monolítica, en la cual el Partido respeta al pueblo como el cielo y maestro y el
pueblo le deposita absoluta confianza como si fuera su madre, es el verdadero aspecto de Corea y la mayor tarea de
la revolución del Songun.
Imbuidos de la idea del Partido de respeto y de amor al pueblo, nuestros funcionarios serán
ilimitadamente humildes con el pueblo y los primeros en pisar la nieve y el fango, buscarán más trabajos por el
bien del pueblo y harán resonar en todo el país las vivas al Partido del Trabajo, a la unidad monolítica y al
socialismo.
Nuestro Partido confía firmemente en que todos los militantes partidistas, oficiales y soldados
del Ejército Popular y trabajadores vincularán sus puestos y hogares con el CC del Partido, le abrirán siempre el
corazón y materializarán su ideología y defenderán su política con inmaculada lealtad patriótica.
Compañeros:
Nuestro Partido, además de eliminar resueltamente todos los obstáculos de las fuerzas
extranjeras con el poderío de la unidad monolítica y del Songun, no cejará en su empeño por anticipar el
espléndido día de la reunificación del país, supremo anhelo de la nación.
Compañeros:
Como es eterno el pueblo trabajador, luchar para el pueblo y con el pueblo es eternamente justo
y victorioso.
Al tomar como ejemplo la sublime ideología y méritos de los grandes líderes que, teniendo por
máxima de la vida considerar al pueblo como el cielo, lo formaron e hicieron grande el país, el Partido amará al
pueblo, luchará por él y hará realidad su hermoso sueño e ideal.
Ningún reto en la historia ni intento desesperado del enemigo detendrán el avance de nuestro
ejército y pueblo estrechamente unidos con el Partido ni reducirán la rauda velocidad con que el pueblo coreano
avanza hacia un espléndido porvenir, impulsado por la ideología revolucionaria del Partido y el viento cortante
del Paektu y teniendo como vela la bandera roja de nuestro Partido.
El mundo presenciará cómo el PTC, mediante la plena movilización de la fuerza e inteligencia de
nuestro gran pueblo, construye la potencia Paektusan, la mayor del mundo.
El gran PTC considera como cielo al pueblo que representa nuestra sagrada revolución y los 70
años de su victoriosa historia. Por ser él la locomotora que conduce a nuestra revolución y señalar el rumbo de la
historia, el camino de la causa revolucionaria del Juche estará siempre sembrado de victorias y gloria.
Un llamamiento a todos los miembros del Partido: ¡Sirvámosle al gran pueblo con entera
disposición!
¡Viva el gran pueblo coreano firmemente unido en torno al invencible Partido del Trabajo de
Corea!